
I can't do this anymore,
it's killing me,
FUCK!
La hija del profesor estaba sentada a la puerta. Devanaba seda azul sobre un carrete, con un perrito echado a sus pies.
-Dijiste que bailarías conmigo si te traía una rosa roja -le dijo el estudiante-. He aquí la rosa más roja del mundo. Esta noche la prenderás cerca de tu corazón, y cuando bailemos juntos, ella te dirá cuanto te quiero.
Pero la joven frunció las cejas.
-Temo que esta rosa no armonice bien con mi vestido -respondió-. Además, el sobrino del chambelán me ha enviado varias joyas de verdad, y ya se sabe que las joyas cuestan más que las flores.
-¡Oh, qué ingrata eres! -dijo el estudiante lleno de cólera.
Y tiró la rosa al arroyo.
Un pesado carro la aplastó.
-¡Ingrato! -dijo la joven-. Te diré que te portas como un grosero; y después de todo, ¿qué eres? Un simple estudiante. ¡Bah! No creo que puedas tener nunca hebillas de plata en los zapatos como las del sobrino del chambelán.
Y levantándose de su silla, se metió en su casa.
"¡Qué tontería es el amor! -se decía el estudiante a su regreso-. No es ni la mitad de útil que la lógica, porque no puede probar nada; habla siempre de cosas que no sucederán y hace creer a la gente cosas que no son ciertas. Realmente, no es nada práctico, y como en nuestra época todo estriba en ser práctico, voy a volver a la filosofía y al estudio de la metafísica."
Y dicho esto, el estudiante, una vez en su habitación, abrió un gran libro polvoriento y se puso a leer.
Fragmento de "El ruiseñor y la rosa" - Oscar Wilde.
Cuando esté muerta y mi ignorada tumba
pisoteada sea por mil generaciones
y apenas de mi nombre quede un borroso trazo
sobre la fría losa que me cubra.
Cuando se haya perdido hasta el recuerdo
de la dulce belleza de mi raza
y las jóvenes que amen ignoren
que antes que ellas amé...
Cuando ya nadie exista
que evoque mi fantasma,
que cante a media voz mis versos... dime,
¿me seguirás amando tú, oh, perfecto,
oh, amante, sin posible muerte, vivo
hasta el fin de todo lo creado?
Por dónde he de vagar yo en mi profundo
vacío involuntario, ¿habré de hallarte?
¿Qué será de mi Ser si he de perderte
como al mar, como al sol, como a los pájaros?
Susana March.