jueves, 28 de enero de 2010

Sincerarse.





Cuántas mentiras escuché y cuántas mentiras dije sin darme cuenta.


No hay ceguera peor que no querer mirar.

domingo, 24 de enero de 2010

Hoy desperté triste.






Desganadamente abrí mis ojos y me di cuenta de que había sido un sueño. Pero fue uno de esos sueños que parecen casi reales, donde te gustaría volver a cerrar los ojos y ver que pasa. Sin embargo, me sorprendí además al ver que era yo la que se sorprendía de si misma, la que hacía cosas que jamás había creído hacer y que en algún momento quizás quise. Vi reflejada mi propia alma, escuché mi voz pronunciar las palabras que el corazón no quiere admitir y que la mente no quiere confirmar. Reviví lo inevitable, mi pecho se oprimió lentamente, mis ojos se fijaron en la nada y ese vívido momento que siempre en mis recuerdos quedará.